El
caso sucedió el 14 de mayo del 2011. En principio, fue una salida de
investigación normal. Íbamos Isabel (mi hermana), Diego (cuñado), Jaime,
Eva y yo.
La salida fue a Corbera de Ebro. En todas
las cintas de las grabadoras no se consiguió practicamente ningún
material interesante. El día fue muy poco fructuoso.
Lo
curioso del caso fue que al día siguiente yo no sabía dónde estaba el
teléfono móvil. Le dije a mi hija que me llamara, y el móvil empezó a
sonar dentro de mi maletín de investigación. La sorpresa fue que al
abrir el maletín, lo que contestaba era la grabadora y no el móvil.
No
lo vimos claro, se colgó y volvió a llamar porque lo que estaba
ocurriendo no tenia explicación. Al volver a intentar llamar, sonaron el
teléfono que estaba en otra parte del piso y la grabadora, a la vez.
Al
encontrar el teléfono mi hija paró de llamar, pero la grabadora seguía
sonando, sin parar. No podíamos pararla y la única manera fue quitándole
las pilas.
Hay dos posibilidades. Una razón tecnológica puede ser que
hubiera una interferencia. Otra razón podría ser la posibidad de que
esa noche, en Corbera de Ebro, se hubiera conseguido contacto con
alguien.
Tenemos pendiente otra salida a Corbera e investigar más en aquella zona de los "sucesos".
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