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domingo, 25 de agosto de 2013


SAN VICENTE DE LA  SONSIERRA  (  LA RIOJA )

Al lado esta el pueblo de PECIÑA   donde los coches en punto muerto sube una subida , quise comprobarlo y efectivamente  el coche sube


 http://www.youtube.com/watch?v=RLyeSzIJfbk&feature=youtu.be






 










viernes, 7 de junio de 2013

La historia

Muchas son las imágenes que nos llegan a TodoLeyendas asegurando haber fotografiado escenas cotidianas con un ente extraño, otras son algunas de las más famosas fotografías de fantasmas de la historia. Hoy las publicamos.¿Os atrevéis a verlas?


¿Realidad o fraude? Quizá nunca lo sabremos. Lo que si es cierto es que estas son algunas de las fotografías más impactantes de fantasmas que hemos podido observar:

 

















martes, 4 de junio de 2013

EL SACAMANTECAS

La leyenda del sacamantecas es una de esas que ha perdurado en el boca a boca del pueblo llano durante más de un siglo. En nuestros días, esta historia ha quedado como un viejo mito, pero durante muchas décadas, esta terrible historia aterrorizó a los niños y no tan niños de toda España. En gran parte, por culpa de los padres, que encontraron un filón en ella para mantener a sus hijos a raya inculcándoles en lo más hondo de su imaginario que en el momento menos pensado, un ser monstruoso aparecería para secuestrarlos si permanecían en las calles a horas poco adecuadas o incumpliendo las órdenes de los progenitores. Incluso se llegó al punto de poder convocar al sacamantecas a placer, amenazando a los niños con que vendría a llevárselos si no se portaban bien.

 Los orígenes de la leyenda

El mito tiene orígenes reales, aunque curiosamente, tan solo un niño fue asesinado por los precursores de esta leyenda. Los sacamantecas, u hombres del saco fueron asesinos de principios del siglo XX. El principal fue Juan Díaz de Garayo, un rudo agricultor Alaves, con rasgos físicos más típicos de un homínido primitivo que de una persona de esa época.
El tal Díaz de Garayo fue un asesino y violador de mujeres, en su mayor parte prostitutas, a las que rajaba el vientre de forma atróz. Declaró seis muertes, aunque se piensa que fueron muchas más por lo espaciado de algunos de sus crímenes. Como anécdota y para imaginar el rostro y los rasgos tan inusuales y terroríficos de este hombre, su captura se debió a que una niña, al cruzárselo por la calle y ver su horrendo rostro, imaginó que alguien con ese aspecto debía de ser el sacamantecas que estaba azotando con sus crímenes aquellas tierras y se puso a gritar señalándolo. La gente, pensando que el hombre había intentado algún tipo de abuso sobre la niña, lo llevó al cuartelillo, donde Díaz de Garayo se vino abajo y confesó sus crímenes. Al final, fue condenado a muerte a ajusticiado en Garrote Vil.




Juan Diaz de Garayo
Pero el apodo  de Sacamantecas, viene de casi un siglo antes y el su artífice es Manuel Blanco Romasanta, conocido también como el hombre lobo de Allariz. Este personaje nació en el año 1809 en un pueblecito de la Galicia profunda. Primero fue sastre hasta que enviudó y se dedicó a la venta ambulante de untos o grasas (Durante mucho tiempo, los untos se usaban para el engrase de ruedas de carro y mecanismos diversos, como molinos y norias). En este punto es cuando fue acusado por los lugareños de que las grasas que vendía eran de origen humano y fue acusado y condenado por la muerte de un alguacil. Aquí comienza la rocambolesca historia de este hombre que se escapa de la justicia y durante su búsqueda, asesina a nueve personas más infringiéndoles terribles heridas con sus propios dientes e incluso comiéndose parte de sus cuerpos al más puro estilo del hombre lobo.


Romasanta. Extraido del libro Psicópatas criminales de Berbell y Ortega
Al final fue detenido y condenado a muerte, pero un hipnólogo francés pidió a Isabel II, que revisara la causa y le permitieran estudiar lo que era un claro caso de Licantropía, un desorden psicológico bastante desconocido en la época. La pena de muerte se transmutó en cadena perpetua. Romasanta moriría años después cumpliendo condena en la cárcel de Allariz.

A estos dos casos, se une el del crimen de Gador, que une la leyenda del hombre del saco a la del sacamantecas. Este asesinato sucedió en el verano de 1910, en un pueblecito muy cercano a Almería. Francisco Leona, un curandero con pocos escrúpulos, ayudado de Julio “el tonto”, un personaje con pocas luces de la zona, secuestraron y mataron a un niño de siete años con el único fin de extraer su sangre y su grasa, para usarlos en la cura de un tercer hombre enfermo de tuberculosis llamado Francisco Ortega “El Moruno”. Según Leona, la sangre y la grasa de los niños tenía muchas aplicaciones terapéuticas, siendo la sangre regenerativa contra la vejez y diversas enfermedades y los emplastes de grasa todo un milagro contra la tuberculosis. Los tres elementos fueron condenados a muerte.


Enriqueta Marti
El caso es que el cocktail terrorífico de todos estos casos, dieron lugar al mito del temible sacamantecas que durante más de setenta años fue el talón de Aquiles de todos los niños españoles, doblegando sus rebeldías a gusto y placer de los padres. Hay que pensar que la comunicación en aquellos años no era tan fluida como ahora y que las noticias llegaban a los pueblos en muchos casos magnificadas y deformadas por los portadores, viajantes y mercaderes que se quedaban con las escenas más espectaculares que escuchaban en sus viajes, creando sus propias historias. También es cierto que durante el paso de las décadas, otros casos ayudaron a mantener estas leyendas en el candelero, como el de Enriqueta Martí, que no está tomada como precursora de este mito, pero a mi entender es la que mejor lo representa porque éste sí que fue un caso real en el que muchos niños fueron asesinados para sacar sus grasas y venderlas en un mercado negro muy floreciente en  la Barcelona de 1912.

jueves, 18 de abril de 2013

EL PESO DEL ALMA



El peso físico del alma

Desde hace miles de años la creencia en la existencia física de eso llamado “alma” respira y se agita acaloradamente, pese a que, como todo el mundo sabe, no puede ser vista, tocada, oída o siquiera degustada. Platón, que prefería siempre las cosas que venían en paquetes tripartitos, rezongaba diciendo que el alma era la idea eterna que estaba formada por tres partes (una mental, una emocional y otra espiritual) y que, al morir, cada una tomaba su camino y el alma espiritual regresaba a la “dimensión luminosa” de donde –a su entender– procedían todas las almas.
Aristóteles extendió la noción y se despachó diciendo que todos los seres vivos tienen en sí un principio vital o alma –mortal– que regula todas sus funciones vitales, y que muere junto a él (las plantas tienen un alma vegetativa; los animales, un alma sensitiva; y los seres humanos, un alma racional).
Y las firmas siguen: Hesíodo dice: “es un aliento que mantiene la vida del cuerpo inanimado y que lo abandona cuando el ser humano muere o está moribundo o desmayado); Hegel :“la manifestación sensorial inferior del espíritu en su nexo con la materia”).

De carne somos

Pero todo siempre fue mero discurso y ahí se quedaba. Nada de experimentación, medición ni observación. Hasta que recién en 1907 el médico estadounidense Duncan Mac Dougall (de Haverhill, Massachusetts) osó hacer lo que ni a Platón ni a Aristóteles se les había ocurrido: pesar –literalmente– un alma. Decididamente, lo primero que hizo fue comprar una “cama-balanza” que –según lo engatusó el vendedor– era sensible al peso de un pelo. Así, la armó y la arrinconó cerca de la ventana de su oficina. Lo que le faltaba entonces eran candidatos que dejaran pesar su yo interior más íntimo. Nadie sabe cómo, pero para febrero de ese año había reclutado a seis moribundos (cuatro de tuberculosis, uno de diabetes y el sexto de causas no especificadas). Y así fue: los observó antes, durante y después del proceso de muerte y midió puntillosamente cada cambio de peso. El resultado parecía coincidir en cada caso: exactamente, 21,262142347500003 gramos era la diferencia entre el peso del cuerpo viviente y del cadáver. O dicho en otras palabras, que el alma no sólo existía, tenía masa, sobre ella también actuaba la gravedad y pesaba lo mismo que una moneda de cinco centavos, una barrita de chocolate, una feta de jamón o un colibrí.
Mac Dougall estaba tan entusiasmado con todo el asunto de jugar a la balanza que repitió el experimento con 15 perros que, luego de muertos, no registraron la sustracción de los famosos 21 gramos (para el médico todo cuadraba: sin dudas, ésta era la prueba por excelencia de que los únicos que gozaban de alma eran los seres humanos).
Como un reguero de pólvora, la noticia se filtró y apareció el 11 de marzo de 1907 en la página 5 del New York Times (bajo el título, “Soul Has Weight, Physician Thinks”) antes de que la revista American Medicine aceptara publicar el estudio de Mac Dougall en su número de abril de ese año (el trabajo se llamó “Hypothesis concerning soul substance together with experimental evidence of the existence of such substance”).
Lo curioso es que la “evidencia experimental” consistió en sólo 6 pacientes (una muestra demasiado pequeña), sin hablar del hecho de que Mac Dougall –que murió sin pena ni gloria en 1920– nunca precisó a qué se refería con “muerte” (si muerte cerebral, muerte celular, muerte legal, etc.) o si los famosos 21 gramos no se relacionaban, en verdad, con el sudor, el cese de la respiración, la coagulación de la sangre, el vaciamiento de los pulmones o, lisa y llanamente, que la cama-balanza andaba mal.
Después en el año 52 el científico Francis Crick y James Watson descubrieron que al fallecer ciertas estructuras cerebrales desaparecían al morir y el peso de estas oscilan entre los 21 g, se supone que esta zona que se pierde se le denominó conciencia -alma… ya que esta zona del cerebro es la que domina esas acciones de la conducta humana.

Calanda “Un milagro como ningún otro”





Cuando no existe más recurso que la fé

¿Existen o no existen los milagros? Como todos los temas que nos rodean existiran quienes crean y quienes no pero hay momentos en que todo puede ir al traste con la ciencia y con todo lo que la lógica enseña, tal es el caso de Miguel Juan Pellicer.
La Oficina Médica de Lourdes es un ente que desde 1882 se encarga de recibir los millones de casos de curaciones supuestamente milagrosas de todo el mundo y de todos los credos, que van desde católicos hasta ateos racionalistas; para que se declare un milagro se aplican cuatro criterios: que el diagnóstico de la enfermedad sea perfectamente claro, que el pronóstico sea permanente o terminal a breve plazo, que la curación sea súbita, y que ningún tratamiento pueda considerarse como origen de esa curación, ni siquiera que la haya favorecido por esta razón. Menos de un centenar de estos casos son verdaderamente aceptados como tales; pero bien vale decir casi sin temor a equivocarse que ninguno o casi ningún otro tiene las caracteristicas del de aquel a quien nos referimos y que llevara al propio rey Felipe IV a besar la pierna de un súbdito suyo como lo confirma la historia.

Nuestro protagonista nació en Calanda (Teruel) en Marzo de 1617 en una humilde familia de labradores y a los 19 años se traslada a Castellón, a casa de un tío suyo. Según la narración, llevando un día de finales de julio de 1637, un carro cargado de trigo y tirado por dos mulas, sobre una de las cuales cabalgaba Miguel Juan, cayó éste a tierra, pasándole una rueda del carro sobre su pierna derecha y fracturándole la tibia en su parte central.
Es trasladado a Valencia e ingresa en el Hospital Real el día 3 de agosto de 1.637, según consta en el Libro de Registro, que aún se conserva. En este hospital sólo permanece cinco días, ya que añora sus tierras por lo que solicita permiso para trasladarse a Zaragoza, y después de casi dos meses de un tortuoso viaje llega a su destino a primeros de octubre de 1637.

La primera visita que realiza en Zaragoza, nada más llegar, es al Templo de Nuestra Señora del Pilar de la cual es muy devoto. Y a continuación es ingresado en el Hospital General de Nuestra Señora de Gracia, allí le atiende el cirujano Juan de Estanga, a la sazón Catedrático de medicina de la Universidad de Zaragoza. Viendo el lamentable estado de la pierna de Pellicer -que se encontraba ya en estado gangrenoso-, y tras consultar con los cirujanos Miguel Beltrán y Diego Millaruelo, decide amputarle la extremidad unos cuatro centímetros por debajo de la rodilla.  Dicha pierna fue enterrada por un practicante en el cementerio del hospital, dentro de un hoyo “como un palmo de hondo”. Se le dió de alta en el hospital, se le colocó una pierna de madera y se le proporcionó una muleta en la primavera de 1638.
Para sobrevivir hubo de recurrir a la limosna en una de las puertas del Templo del Pilar  lo que aprovechaba para oir misa todos los días en la Santa Capilla, a la vez que se ungía con aceite de las lámparas el muñón de la pierna para intentar suavizar el dolor.
Esta vida de Miguel Juan duró unos dos años, ya que decidió volver a su casa de Calanda.
En la primera semana de marzo de 1640 inicia su viaje de retorno a Calanda, llegando el 29 de marzo de 1640. Después de una dura jornada de trabajo en su casa, al llegar la noche, y habiéndole preparado su madre una yacija improvisada con un serón de esparto y sobre él un pellejo, al lado del lecho conyugal, debido a que su habitación la empleaba un soldado que se alojaba en su casa, se duerme. Eran aproximadamente las diez de la noche cuando según relatan, que entre las diez y media y las once de la noche entran sus padres en la habitación “a luz de candil”, y perciben una “fragancia y olor suave no acostubrados allí”, y al acercarse su madre para comprobar como se había acomodado Miguel Juan en el lecho improvisado de aquella noche, lo encuentra durmiendo, pero, según la leyenda local, ve admirada que por debajo de la capa paterna asomaban no uno sino los dos pies cruzados. Sus padres lo despertaron del profundo sopor en que se encontraba, ya en los primeros momentos, a la luz del candil logran observar la persistencia de viejas cicatrices de la “pierna amputada” las cuales eran la de la carreta al pasar por encima, una de un grano mal curado y otra de un perro que le había mordido, como al momento del accidente el joven aún no había completado su desarrollo la pierna era un poco más corta que la otra por lo que se le conoció como el cojo de Calanda debieron pasar 2 meses antes que estuviese completamente normal.

El día 2 de abril, cinco días después D. Miguel Andreu  notario de Mazaleón, levanta acta notarial de “tan impresionante hecho”. El original de esta Acta con todo el protocolo del año 1640, se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza, el 25 de abril Miguel Juan y sus padres llegan a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar.  El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que, a su vez, la pusiera en conocimiento del Rey Felipe IV. Declaran en dicho proceso: Facultativos y sanitarios (5 personas), entre ellos el cirujano que le amputó la pierna, familiares y vecinos (5 personas), autoridades locales (4 personas), autoridades eclesiásticas (4 personas), personajes diversos (6 personas, destacando a dos mesoneros de Samper de Calanda y de Zaragoza).
al
La Iglesia reconoce el hecho como “milagro” el día 27 de abril de 1641.
A finales del siglo XVII comienza la construcción en Calanda de un templo, ubicado en la casa en donde se ubicara la habitación del joven y dedicado a la Vírgen del Pilar, a quien se le atribuye el milagro.
Iglesia del Pilar
Lo que hace más sobresaliente el hecho es la gran cantidad de documentación histórica que le respalda al igual que la cantidad de testigos del hecho personas de las poblaciones donde estuvo Miguel y que le vieron antes y después del milagro.

 Creer o no creer ya es cuestión de cada uno,  como todo este hecho tiene sus opositores pero es díficil que no exista por lo menos el beneficio de la duda cuando son tantos personajes y de tan diversos estatus los que dan fe del suceso.





EL MILAGRO DE LA MULTIPLICACION DE ARROZ DE OLIVENZA





Un sabroso prodígio

Siempre he sido bastante escéptico en el tema relacionado a los milagros de santos y mártires, posiblemente por la falta de documentación o la lejanía temporal en la que acontecieron los hechos, conociendo el poder de manipulación que desde siempre ha existido en según qué ámbitos religiosos. Pero el caso que os traigo hoy desmonta por completo mis dudas, pues ocurrió hace tan apenas unas décadas y con muchísimos testigos, muchos de ellos todavía con vida y que contemplaron con sus propios ojos el prodigio que os relato a continuación.
Olivenza
Todo sucedió un frío 23 de enero de 1949. El hambre y la pobreza de la posguerra está presente en toda España y, sobre todo, en las provincias más rurales donde miles de personas subsisten gracias a los comedores benéficos regentados por religiosas. Entre estos lugares está la Institución Benéfica de San José, en Olivenza, pequeño pueblo de la provincia de Extremadura. En la institución pacense  hay muchas niñas hospedadas y al mediodía, los más pobres de los alrededores acuden hasta allí con la intención de llevar algo caliente hasta sus estómagos.

Leandra Rebollo, la cocinera del hospedaje, no está hoy de buen humor. Las donaciones a la institución en los últimos días han sido prácticamente inexistentes y se encuentra ante la tristeza de tan solo tener tres tazas de arroz (750 grs) para verter en la enorme olla. Hoy los pobres no comerán y para las niñas internas, apenas llegará para engañar sus estómagos.
Mientras vierte el arroz en la olla, le viene a la mente la imagen del beato Fray Juan Macías, místico natural de Ribera del Fresno, pueblo cercano donde había nacido la propia Leandra, a la vez que pronunciaba las palabras:
“Hoy, beato, los pobres sin comida”.
Dejando el arroz cociendo, salió de la cocina para realizar otras tareas y al rato, cuando volvió para moverlo un poco, quedó totalmente perpleja ante lo que había sucedido: la enorme olla en la que estaba cocinando su exigua cantidad de arroz, se encontraba totalmente llena, aunque no se había derramado ni un solo grano. Esto era totalmente imposible, Leandra era una cocinera experta y sabía muy bien que con la cantidad de arroz que había introducido, al engordar, no habría superado más de una cuarta parte de la olla.
Leandra salió nerviosa en busca del sacerdote para relatarle lo ocurrido, pero el cura se encontraba ausente, aunque la madre de éste acudió para comprobar lo que le había narrado Leandra. Todavía estupefactas por el milagroso hecho, distribuyeron el arroz de la primera olla en otra similar, porque tal cantidad no habría podido cocer bien en una sola. Ante el revuelo montado en la cocina, otras mujeres de la comunidad acudieron prestas y fueron también testigos de lo que continuó ocurriendo. Ante sus ojos, observaron como el arroz de ambas ollas volvió a crecer hasta dejarlas de nuevo rebosantes. Algunas salieron a las calles de Olivenza al grito de “¡Milagro, milagro!”, y la noticia corrió como la pólvora en toda la localidad.
Por causa del nerviosismo y el estupor,  a la cocinera se le olvidó condimentar el cocido, añadir más agua y templar el fuego de carbón, pese a todo esto, según testimonio de los posteriores comensales, aquel plato fue el arroz más sabroso que habían probado en su vida. La multiplicación del arroz tuvo lugar durante cuatro horas y, donde en un principio tan solo había cantidad para mal alimentar a las niñas del hospedaje, comieron más de trescientos comensales, muchos de ellos llegados incluso de las poblaciones cercanas, que corrieron hasta allí cuando se enteraron de la prodigiosa noticia. Muchos comieron el arroz muchas horas después de haber sido cocinado y, pese a ello, el arroz se mantuvo en su punto exacto, como si estuviese recién cocinado.
Los prodigiosos hechos no tardaron en llegar, vía Obispado de Badajoz, al vaticano. El papa Pío XII puso en marcha dos comisiones de investigación; una a cargo del dominico Benito Gangoiti y otra
 constituida por un tribunal del propio Obispado de Badajoz
milagro_del_arroz_de_olivenza
Mural conmemorativo en la fachada del centro parroquial de Olivenza.
Muestras del milagroso arroz fueron enviadas a analizar a diferentes laboratorios de Valencia, donde los peritos tan solo llegaron a la conclusión de que aquel era arroz normal y corriente, y que con la cantidad de 750grs inicial, en ningún caso se podría haber superado un volumen de más de 2,5 litros tras la cocción. Se investigaron las declaraciones de Leandra, en las que contaba que veía como cuando removía el arroz, surgían del interior de la olla nuevos granos crudos. Según un segundo análisis pericial llevado a cabo por el profesor Giovanni Petrocini, director del Instituto de Química de Perusa, y por el profesor Angelo Bianchi, director del Instituto Universitario del Cultivo del Cereal en Roma, aquel arroz, tras más de cuatro horas de cocción, debería haber estado hecho una pasta, y como he contado más arriba, el arroz estaba en perfectas condiciones.
Pese a las decenas de testigos que vieron con sus propios ojos el milagro y pese a las pruebas periciales que señalaban que no hubo ningún truco aquel día. El vaticano tardó más de veinticinco años en pronunciarse al respecto, admitiendo al fin que aquello fue un prodigio divino, tan solo comparable al de la multiplicación de los panes y los peces de las sagradas escrituras.
A día de hoy, la multiplicación del arroz de Olivenza es el único milagro de esta índole reconocido por la iglesia.

Fray Juan Macías

El milagro de Olivenza fue el hecho que llevó a la canonización a Juan Macías en el año 1975, aunque ya en 1837, el papa Gregorio XVI lo beatificó basándose en diversos prodigios documentados.
El religioso extremeño nació en el año 1585 y falleció en Lima en el año 1645, tras una vida plagada de hechos i. En Ribera del Fresno, su pueblo natal, existe un museo en lo que fuera su casa natal y donde se conserva una de las ollas que obraron el milagro de Olivenza, aparte de lienzos y documentos de interés. Según se cuenta, con tan solo ocho años de edad, el pequeño Juan tenía visiones en las que se le aparecía otro niño que decía ser Juan el Bautista, quien lo acompañaba siempre, aportándole consejos y predicciones. El primer milagro atribuido a Juan Macías data de aquella época y es muy conocido en la localidad; se cuenta que mientras sacaba a pastar su rebaño, Juan encontró a otro chico que realizaba la misma labor y que lloraba entristecido ante la boca de un profundo pozo. Cuando Juan le preguntó sobre el motivo de sus sollozos, el chico le dijo que uno de sus cerdos había caído en el interior del pozo y que estaba preocupado por la reprimenda que le daría su padre. Juan le dijo que no se preocupara y se acercó al pozo mientras le rezaba a la virgen. Entonces el agua del pozo comenzó a subir y el cerdo salió a la superficie con vida. Desde entonces, el “pocito de Juan Macías” se conserva como lugar especial y muchos son los peregrinos que acuden a visitarlo, convencidos de que sus aguas son curativas y milagrosas.


Pozo de San Juan Macías
Ya en Lima, otros hechos milagrosos se le recuerdan, como aquella vez que se desató un fuerte terremoto y mientras Juan y oros religiosos corrían intentando escapar del convento de Santo Domingo, escuchó la voz de la virgen que le dijo que se quedaran en un lugar en concreto. Y, milagrosamente, todo el convento se vino abajo menos el lugar exacto en el que las virgen les indicó que se quedaran.
Más tarde, en las labores de reconstrucción, los trabajadores cortaron más de la cuenta una viga de madera que debía de sostener la techumbre, los obreros comenzaron a discutir sobre quién había sido el culpable de la chapuza, en ese punto llegó Juan y les dijo que no se preocuparan, bendijo la viga y ordenó subirla, misteriosamente, la viga de madera había crecido los centímetros suficientes para poder ser encajada a la perfección. Muchos más hechos milagrosos se le atribuyen al beato en aquellas tierras Peruanas, como curaciones milagrosas, levitaciones, el poder leer el pensamiento y predecir el futuro y sobre todo, la habilidad para multiplicar el alimento que repartía entre los pobres.
Treinta años después de su muerte, su cuerpo permanecía incorrupto y continuaba realizando milagros, como el de un monje con una hernia estrangulada, que sanó tras poner la imagen del santo sobre la zona afectada.

 En el distrito limeño de San Luis, Fray Juan Macías es venerado en un templo que se levantó en su honor en 1970 y todos los años, los peruanos sacan en procesión los restos del santo por el casco antiguo de la capital.



martes, 5 de febrero de 2013

Teorías científicas sobre The Hum y su relación con tormentas solares


Científicos y expertos en geografía advierten y admiten ahora si, sobre “the hum”, y una posible catástrofe natural que está por llegar.

Hoy me gustaría que conocierais el fenómeno misterioso conocido como THE HUM o las trompetas del Apocalipsis. Se trata de un zumbido emitodo sobre frecuencias bajas que apareció a mediados de 2011, en diferentes partes del mundo.
¿Qué es THE HUM?
The hum es un sonido aproximadamente de 20 hertz o 20 vibraciones por segundo, que se encuentra dentro de los límites de audición que puede escuchar un ser humano recordando mucho al sonido de los trípodes de la famosa película de ciencia-ficción “La guerra de los mundos”, se a escuchado en La república checa, Australia, España, EE.UU. Reino unido, costa rica y más paises.

Los científicos se han esforzado para dar una explicación lógica a este sonido,se ha hablado de calentamiento de la tierra, de combinación de aire a diferentes temperaturas y de reacciones meteorológicas desconocidas.
“De lo que si que estamos seguros, es de la existencia del fenómeno, no hay truco, solo podemos investigarlo y dar una explicación científica -Instituto nacional de meteorología, España” 
Algunios testigos aseguran que el sonido proviene del cielo, otros que proviene de la tierra, parece ser que la percepción de dicho sonido está presente en distintos puntos geográficos de la zona.
Os dejo el sonido :

Teorías sobre los sonidos del “fin del mundo”
Así llamaron a estos sonidos  los testigos,  lo importante de este asunto es que no se a quedado en una mera curiosidad, sino que expertos en sismos, los medios de comunicación y multitud de grabaciones de este fenómeno a llevado a la comunidad científica a tomar cartas en el asunto.
Diversas teorías que circulan en internet proponen que este sonido procede de una red de túneles, como los que tratamos en uno de nuestros artículos Misteriosos túneles conectan escocia y turquia , una red de túneles que están actualmente construyendo con unas máquinas enormes que originan este sonido.
También se a intentado explicar y relacionar estos sonidos con la nueva generación de dispositivos sonar del ejército para cartografiar el terreno marino y su geografía.

Otras teorías más conspiranoicas que las anteriores señalan, que los sonidos los producen las naves nodrizas foráneas a nuestro planeta que circulan por nuestros cielos de forma invisible.
Otros han indicado la posible e inminente inversión de polos, y los sonidos que preceden este cambio. ¿Estará relacionado con El deshielo misterioso de Groenlandia en tan solo 4 dias?
Como veréis las teorías que existen las hay para gustos y colores.

Explicación científica
Los investigadores de la Agencia científica internacional Wosco mostraron un estudio sobre THE HUM en el cual atribuían el fenómeno a las tormentas solares y el aumento de la actividad solar de este ciclo.
Según la agencia , la magnetosfera ha perdido su capacidad para amortiguar las eyecciones de masa coronal expulsadas por el sol, parece ser que  poco a poco se ha ido rasgando esta  capa protectora y el sonido se produce cuando el plasma coronal se escapa por estas fisuras.
Otra de sus investigaciones apuntan que el sonido es causa del sistema solar, la heliosfera está siendo frotada por algo invisible,  una nube interrestelar que proviene de un sistema solar cercano. El rozamiento y la fricción que provoca origina este extraño sonido causando anomalías en los objetos que están suspendidos a lo largo de nuestro sistema solar.
Sea cual sea el origen incierto de este sonido , los científicos afirman que es un presagio de mala suerte, algo se avecina ya sea tsunamis , terremotos, erupciones volcánicas o erupciones solares ¿Coincide con el apocalipsis de la biblia y las trompetas del apocalipsis? ¿Será lo que los mayas nos decían en sus profecías?